VIAJE AL FIN DEL MUNDO
La Patagonia Argentina

Puedo decir que esta fue la gran aventura en hielo, junto a mi entrañable amigo y compadre José Ignacio Veroes. Luego de una demandante travesía en Chile, escalando Torres del Paine en la Provincia llamada “Última Esperanza” (bien sugerente el nombre de un territorio que te exige tanto físicamente), decidimos tomar el autobús para iniciar un nuevo circuito en La Patagonia.
La montaña Fitz Roy o Cerro Chaltén se empeñó en borrar las fronteras que los humanos imponen y se eleva 3405 metros sobre el nivel del mar entre Argentina y Chile. Dicen que el Fitz Roy suele tener los más difíciles trayectos a pesar de que no es tan alta. El clima bipolar, no es necesario ni comentarlo.
Lo que más me emocionó es que hay menos turistas que en Calafate, de hecho toda mi vida he huido de espacios con mucha gente. ¿Quién iba a decirlo? que en la América del Sur casi siempre desbordante en calor, conocí Calafate ciudad en la que encontré al Perito Moreno, un glaciar latino –contradictorio ¿no?- que muestra contrastes de azules y blancos.
Estuve, lo que para cualquier mortal de este lado del continente podría ser, una “temporada larga”. Antes de ir, mi cuerpo se había entrenado como si me preparara para cualquiera de esas carreras de muchos K; para lo que no estaba listo era para el maratón de imágenes que traería de vuelta.
Luego vendría Ushuaia, capital de la provincia de Tierra del fuego, en donde fui como un mortal haciendo trekking y regresé en un cuerpo de documentalista con alma de paisajista.
