A Jesús lo venía siguiendo desde hace muchos años, me encantaba la originalidad de sus fotos, sus composiciones traviesas y su manera de capturar con naturalidad las emociones. Finalmente el día de escoger el fotógrafo de mi boda llegó, mi mamá lo conoció en una feria de bodas en Caracas y nos pusimos en contacto. Al conversar con el me di cuenta de su humildad y la gran persona que es, se toma el tiempo para escucharte, conocerte y saber lo que es importante para ti. Casi que me pongo a llorar de la emoción cuando confirmamos que venía hasta Francia.

Jesús fue el compinche y cómplice perfecto, yo diría que fue como parte del cortejo, ese pana que esta dispuesto a todo para obtener esa foto ufff. Jesús se emociona y se entrega en cada momento por eso su trabajo es como es, tiene todo calculado y organizado para aprovechar el tiempo al máximo y que no se le pase un solo momento, es súper discreto con su cámara y la gente puede actuar natural sin darse cuenta que les están tomando fotos.  El resultado fue increíble, una de las mejores decisiones sin duda fue traerlo a Francia fue como tener un pedacito de Venezuela con nosotros.

Chateau Castellaras